miércoles, 5 de enero de 2011

El autor como creador de obra en diferentes corrientes de la teoría literaria

El autor como creador de obra


Desde tres diferentes escuelas, que se han preocupado en hacer estudios literarios y teoría literaria, se pueden percibir tres maneras de ver al autor, aunque en ello no se enfoquen sus trabajos, sí se puede intuir esta concepción desde su noción de obra, obra hecha por un artista.

Es interesante ver a través de las perspectivas de las diferentes propuestas de teoría literaria, que se hacen además de en épocas diferentes, también en territorios distintos y un tanto distantes, todos con un imaginario de pensamiento propio y definido. Por un lado está el formalismo que es ruso, la nueva crítica estadounidense, y el estructuralismo francés. Todos ellos apuntan a ver la literatura desde la teoría, y a dar respuesta a eso qué es la literatura, asumiendo la existencia de la obra, y sus estudios se enfocaran en esta, no dan respuesta al autor de ella, pues aparte del estructuralismo tardío o el post-estructuralismo, el artista creador de obra no será tema de estudio como tal.

Como la teoría literaria de cada una de estas escuelas se hace a partir de una obra ya dada, y cada una va a exponer su noción de ésta, se debe entender qué es la literatura o qué papel juega en estas corrientes, para poder encontrar lo que sería un autor creador de la obra, para cada pensamiento.

Los formalistas rusos, ven lo literario de la obra en la desfamiliarización, en la ruptura de lo que se venía haciendo, de lo que ya se ha naturalizado, y esa desviación es lo que produce una significación estética, es decir, el arte no es arte por lo que significa su “mensaje”, su objetivo no está en transmitir ni comunicar algo.

El arte está en el artificio, no en el lenguaje cotidiano sino en el lenguaje poético, la poesía ejercerá una violencia controlada sobre el lenguaje cotidiano, deformándolo para orientar la atención en su carácter de constructo; es allí en donde se podría pensar en autor, como artífice que tendrá la función de utilizar un lenguaje poético, desprendiéndose de la emoción y del querer comunicar algo, de hecho el formalismo temprano incluía la labor del artista, enfocaba sus estudios en un autor y su proeza técnica y habilidad artesanal, aunque este lenguaje poético se debe entender como estético no es necesariamente una fuente de conocimiento, ni tampoco una verdad absoluta.

En esta teoría se proponen unos motivos, como unidades mínimas que pueden construir una trama, esta serie de motivos no será estudiada en su origen, sino se observara es la función de cada uno de ellos dentro del argumento que cumplirá a su vez una función en la obra misma, y esta obra también se verá en función de un sistema literario.

Si lo que se busca es una desautomatización, para que el arte se siga haciendo, se deberá cambiar el elemento o la función dominante que ya se ha hecho “natural” en determinado momento, ya sea dentro de la obra o por fuera de ella misma, en el sistema, entonces nacerá una ruptura y cuando esta ya no cause más asombro, habrá otro desplazamiento de dominantes y así se seguirá produciendo arte y estudiando este mismo.

Después de realizar una rápida y superficial observación a los planteamientos más importantes del formalismo, que pueden servir para llegar a una definición de autor en esa corriente, se puede concluir que el autor, sí está presente en la concepción de literatura, pero no el autor como persona que comunica un mensaje, no un emisor que utilizará como canal al texto para que llegue un mensaje a un receptor lector, tampoco el que plasmará emociones y experiencias para que sean leídas, sino que el autor es quien deberá buscar una desautomatización, a través del uso del lenguaje poético, el autor será artesano que impondrá los elementos y las funciones dominantes en la obra. Si se ve al autor como un creador de obra de arte, como artífice del texto, en el pensamiento de las rupturas y del desplazamiento de dominantes, se deberá entender que el autor no es siempre el mismo, no es la persona constante, este será al igual que cualquier otro elemento de la literatura, el que cumpla una función específica en la obra y por lo tanto también está expuesto a cambios en sus dominantes, para desfamiliarizar, es así como se pueden explicar las llamadas “diferentes etapas” en la obra de un artista.

La nueva crítica, más que teoría hará una crítica, porque aparte de hallar lo artístico o literario, se centrará en encontrar el valor de éste, enfocándolo principalmente en el significado del texto, que está dado en una lectura cercana, (lo que significa a travesar por cada uno de los estratos del texto :el fónico, el referente a las unidades de sentido, el de los objetos representados y el de las cualidades metafísicas en donde estará el correlativo objetivo); en donde la forma estará estrictamente ligada al contenido; porque algo sólo podrá ser dicho de una forma, si se trata de meter este contenido en otra forma significará algo diferente.

Esta búsqueda del significado del texto, se fundará en que el texto es una expresión de la humanidad, y que el arte para ser arte debe tener un contenido moral y deber ser didascálico , a través de la lectura sí se llegará a un conocimiento , porque el arte visto desde nuevocriticismo tiene una función moral que influirá en el lector y sólo puede ser en ese sentido, no se debe caer en la falacia afectiva, ya que el lector no es quien le dará el significado al texto sino que este mensaje ya estará , producto de una colectividad y no de una individualidad, es entonces donde se puede decir que el autor como creador de obra para esta escuela, crea desde una tradición y no desde un yo.

Los nuevos críticos, hablan de la falacia intencional, y se refieren a que el autor no tiene ninguna intención de significar, es decir, no se puede ni se debe buscar el significado del texto en el autor como persona, en su vida o en su comportamiento, sino que el autor es una materialización del conocimiento, es un vocero de los valores humanos, que tendrá como función poner un mensaje que no vendrá de su experiencia como individuo sino de ser parte de una sociedad, y deberá ponerlo de forma adecuada para que el conocimiento sea transmitido de manera correcta.

En la teoría que proponen los nuevos criticistas, el autor debe ser capaz de poner todos los estratos en la obra para que el lector llegue al correlativo objetivos , referente a la enseñanza moral de la obra y es el último estrato de significación. Si el arte es un medio para educar, el creador de arte deberá ser visto como educador, su obra se inmortalizará de esa manera y será incluida en un canon, que estará construido a través de juicios de valor que ejercerá la crítica.

En la escuela estructuralista, se parte de la base que ya existe la obra, y sus teorías están dirigidas en conocer y definir la estructura del texto. Este pensamiento tiene bases en la teoría formalistas, en donde los elementos ejercen funciones, y estas juntas formaran la estructura de la obra. El estructuralismo no busca lo artístico, ni lo literario, sino que ya lo asume como hecho y su enfoque girará en torno del funcionamiento de la obra.

Los textos estructuralistas no darán cuenta de un creador de la obra, y tampoco al igual que en las corrientes anteriores buscaran a un autor persona, su límite está en la obra misma y en el sistema literario como estructuras a nivel total y formal, basándolas en ciencias humanas y lingüísticas. Los análisis de textos y de géneros no contienen juicios de valor , y tampoco se tomará como punto de partida a un creador, o a un origen de la obra, estos verán el mundo en oposiciones y la única manera de ratificar una existencia está en la negación de otro, encontraran lexías, motivos, unidades de sentido, simbólicas y contenido humano o cultural, pero no pretenden dar un significado, es más una descripción minuciosa de la estructura como tal y hasta allí se llega.

Para los estructuralistas el sentido de la literatura no será mimético , ni tampoco pretenderá educar al lector. Sus postulados van contra el absolutismo y se opondrán a toda forma de crítica en donde se considera al ser humano como origen o fuente del arte, acá no hay verdades absolutas no tampoco se dará por sentado nada en sí, en sentido de contenido, se hable la puerta a la multiplicidad y por ello no se busca una verdad en significado. Es por ello que se puede decir que para los estructuralistas el autor no importa, al igual que el significado.

Después del estructuralismo y sus problemas técnicos, por llamarlo de alguna manera, ya que no se tomará lo poético o el alma del texto en sus análisis, viene el post estructuralismo en donde al autor brillará por su ausencia, es decir, ya se tiene a consideración la noción de autor, pero únicamente para hacerlo nulo, ya que se replantea la literatura, y ya no se habla de lectores ni de autores sino que plantea la idea de que cada escritura es una relectura, y cuando se vuelve a leer el texto se hará lo mismo:

Un texto está formado por escrituras múltiples, procedentes de varias culturas y que, unas con otras, establecen un dialogo, una parodia, una constelación; pero existe un lugar en el que se recoge es multiplicidad, y ese lugar no es el autor, como hasta hoy se ha dicho, sino el lector[1]

Es así como la importancia de la obra, y la significación caerán en manos del lector, y el autor no es más que otro lector, que al momento de “escribir el texto” no está haciendo sino una lectura. La unidad de la obra estará en la recepción.

En una rápida observación sobre los postulados de las diferentes escuelas, y la relación de estos con una noción de un creador de obra, se puede concluir que aunque es un tema controversial , en muchos casos este será descartado como persona, y se verá como parte de la obra y tendrá una función específica. En el cuestionamiento sobre el arte, o en el cómo está estructurado se puede evidenciar la poca relevancia que se le da al autor, es interesante dar cuenta de las diferentes preocupaciones y formas de pensamiento de cada una de las corrientes, en el factor humano como un yo o individual no es importante, el arte es colectivo en ese sentido, y el autor termina siendo un hecho literario, por decirlo de alguna manera, es decir su importancia decae, y se verá no como un origen y fuente de conocimiento, sus limitaciones serán otras, y ya no será endiosado, de hecho tampoco humanado.



[1] Barthes. La muerte del autor. 71.

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