La poesía yo no la entiendo o los gatos.
Poetas viejos, escrupulosos, lejanos y filósofos;
Con boinas y barbas, a veces pipas
Bufandas y conciencias retorcidas
La cara doble del que escribe y el que anda.
Las canas de nostalgia de días y muertes.
La inocencia aún está en mis venas y en mi piel
En los juegos con el aire, y en el llanto del instante
Yo no me pregunto por qué cae la manzana, sino cómo subo al árbol;
Me gusta más pensar que después de mañana siguen más días;
Mi cumpleaños aún me es dulce y espero la hora del ponqué.
Los gatos eternos, siempre jóvenes;
Siempre viejos
A veces juegan, otras tan sólo duermen y meditan,
Yo creo que no escriben porque viven,
Porque maúllan y sueñan.
Aunque en noches en el tejado se les escucha recitarle a la luna.
Con Julián David Gutiérrez Vanegas
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