martes, 14 de junio de 2011

Amé las contradicciones, las contrariedades, los contrasentidos

(Breve antología de Oliverio Girondo)

Ilustración de cubierta: Caricatura de Oliverio Girondo por Hermenegildo Sábat, publicada en Primera Plana Año 1967. Recuperada de: http://www.girondo-lange.com.ar/oliverio-girondo/acuarelas-y-dibujos/index.html

Selección de poemas y anotaciones: Nayibe Gutiérrez V.

02 de junio de 2011

Bogotá

Pontificia universidad Javeriana

Literatura latinoamericana: 1900-1950

Introducción

Oliverio Girondo, es considerado como el precursor de las vanguardias en Argentina, e inclusive se podría decir que en Latinoamérica, su primer poemario 20 poemas para ser leídos en el tranvía, se publica en 1922 el mismo año en el que Cesar Vallejo publicará Trilce, y siete años antes de que se publique Altazor de Vicente Huidobro. Girondo, desde su temprana adolescencia realiza viajes a Europa constantemente, inmiscuyéndose en los centros artísticos más representativos en la historia, en galerías en París, en tertulias en Italia, en Londres etc., producto de estos viajes aparece ese primer poemario. Es precisamente en los años 20 en esa Argentina, donde Girondo se hace conocer por sus mismos conocimientos, es decir, gracias a su gusto por el viaje, y a que realizaba viajes a Europa una vez por año, cada vez con destino de un país diferente, conocía todos los movimientos que se gestaban en el continente, y con ellos las diferentes poéticas que encierran el paroxismo de los ideales modernos. Su vida va a estar enmarcada por estos viajes, que serán el fundamento de ese cosmopolitismo encontrado en su obra, más frecuentemente en la temprana, en la poesía de viaje.

Calinescu en las cinco caras de la modernidad (1991) encuentra que la vanguardia surge como anti-estilo, bajo la premisa que aunque generalizadora sí encierra a grandes rasgos lo que fue como momento histórico en el arte: “Destruir es crear”. Pensar que la obra de Girondo es destrucción total, es caer nuevamente en generalidades que no dicen mucho, porque su obra es extensa y ella misma se enmarca en una línea de tiempo considerablemente amplia, estamos hablando de más de 30 años que hay de distancia entre su primer poemario y el último, y no solo ello, ya que estos también se ubican en momentos específicos con respecto a la historia del arte en general, si bien su obra temprana se da a principios de siglo, donde lo que se escribía en Argentina estaba aún impregnado de la literatura romántica gauchesca, costumbrista, y lo que llegaba tal vez a un grado de transgresión estaba a manos de lo que posteriormente se convertiría en el ultraísmo.

Pensar ingenuamente en un fin del modernismo una noche y en un amanecer hecho vanguardia, y más aún creer que esta última es uniforme y que se mantendrá estática durante las décadas de vida que tuvo, no sirve al momento de abordar a un artista que se gesta en plena modernidad, pero que siempre está inscrito al movimiento vanguardista, lo que no quiere decir que su obra no haya tenido un desarrollo, veremos cómo se puede realizar un seguimiento de su poesía a través del paso por lo que Yurkievich presenta como tres tipos de vanguardias distintas dentro de la misma vanguardia: 1) la vanguardia modernólatra, 2) la vanguardia pesimista, 3) la vanguardia atribulada(Yurkievich, 1996, p.87). La obra de Girondo, permite una división clara, y que es casi que indiscutible por la crítica, entre su totalidad se pueden divisar tres grandes partes:

Un primera parte encierra sus dos primeros poemarios, que se ve como la temprana incursión en las formas y se pueden leer a manera de Diarios de viaje, esto por su carácter de flaneûr,paseador ,turista de la urbe en movimiento, que va a desembocar luego en un Girondo más interior, ya no con el afán de exaltación del exterior sino que llegará a ser conocedor de unos motivos universales pero aplicados en la interiorización, para ya luego de atravesar por una poesía cada vez más oscura y llegar su etapa más madura , la etapa de destrucción y de génesis, de surrealismo pesimista llega al punto de no incluir la figuración en lo absoluto, donde ya la semántica no tiene seguridad. Las tres etapas representadas en obra son:

1. Veinte poemas para ser leídos en el tranvía y Calcomanías:

· Libros fundacionales, estilo inaugural en la vanguardia martinfierrista.

· Universo de orientación internacionalista, estructurados en torno al tradicional Diario de Viaje.

· Éxtasis cromático

2. Espantapájaros, al alcance de todos e interludio:

· Empieza a tomar forma un sentido lúgubre, grotesco y deformado.

· Ilustraciones de inspiración surrealista.

· La prosa poética es ya un rasgo distintivo de esta etapa como herencia de los poemas en prosa de los Veinte Poemas.

3. Persuasión de los días y En la masmédula :

· Tentativa de agotar el lenguaje en sus posibilidades semánticas.

· Poema infinito

Se puede ver como cada una de las etapas se puede ubicar en cada una de las vanguardias propuestas por Yurkievich, la primera etapa , de los libros de aprendizaje va a sostenerse sobre temas y figuras recurrentes tales como: Ritmos de la urbe, Furor neologista, apuntes de viaje , enumeración caótica, colección de imágenes turísticas, materializando así a ese ciudadano del mundo, que va a encontrar en la modernidad y en sus ritmos industriales y con pretensión global, una puerta abierta a un mundo de posibilidades, si bien no se trata únicamente de un elogio de la vida moderna , sí existe una conciencia de ser moderno, a veces insatisfecho con las nuevas reglas de la sociedad pero que solo haciendo parte de esta puede brindarle escenario a su poesía. Como se dijo anteriormente se lee casi como una crónica del viaje impulsado por la modernidad tecnológica, este diario de viaje encuentra cabida satisfactoria en el poema en prosa, en la prosa versificada, o en el versículo, rara vez se encuentra en la obra de esta época versos como tal; ante esta actitud estilística se podría afirmar que responde a una rebeldía y afirmación estética en contra de la tradición literaria, en contra de lo Sublime y del aura, en contra de los valores de lo puro y lo bello clásico.

En su segunda etapa se pueden leer ya claramente la vanguardia pesimista, que encierra una reflexión del ser humano que para el caso de Girondo estará delimitada por la muerte y el erotismo, y en donde ya se hará una crítica más abierta a los mecanismos de opresión. En esta etapa Girondo va a luchar en contra de la nada, y sus armas son por un lado el humor negro, y por el otro la euforia materializada en los juegos del lenguaje, en la fragmentación pero ya no enmarcada en la forma del poema en verso sino que se tratará de una prosa poética, con rasgos que ya se veían en su obra anterior.

Ya en la tercera etapa que se enmarca en la llamada vanguardia atribulada, “la de la angustia existencial, la del hombre que está solo y espera en medio de la multitud anónima, indiferente a su quebranto, a su orfandad” (p.88), en la poesía de esta etapa se lee un afán de salir del yo, separarse hasta lo larval, suprimiendo el pronombre mismo como herramienta, supresión de la voz poética que también se ve como progresiva al recorrido de su obra, el énfasis ya no está en el sujeto , ni en el objeto donde estaba antes en las anteriores etapas, ya no solo no hay una figura humana , ni siquiera un sentir cosificado , sino que es un discurso basado en la enumeración y en la subversión de la lógica. Ya no se trata del tono pesimista meramente ni de la denuncia que arremete en contra de lo establecido inasible, sino que acá hay una respuesta activa en donde ya no se entrevé la pilatuna y el juego anterior, sino que se llega al punto de la misma génesis verbal, es decir, habrá una ruptura del referente, y una ruptura de lingüística , con neologismos nuevamente pero que ya no proponen una construcción sino que se lee en ellos un afán de lo mínimo, pero siempre agresivo a la euforia pasada se convirtió en un insulto desgarrado, en el desvarió provocado por el mero impulso visceral. Atraído por lo invertebrado, por lo viscoso y lo larvario amorfo , siendo larva como el origen , pero la metamorfosis en su caso se trastocó, el ideal girondiano sería la nada, apelándola como el caos y reviviéndola en la total decibilidad, haciéndola ambigua e incomprensible, usando como armas el lenguaje con el cual anteriormente también batalló, justamente por el problema de la figuración y de la referencia, dominándolo y poniéndolo a su servicio , mostrándose él mismo como médium y a la vez creador.

Además de ver a Girondo como poeta, es importante decir que hizo el papel de crítico de arte de su contemporaneidad, a través de publicaciones en revistas tales como El Martin Fierro, su discurso será casi panfletario defensor de las tendencias vanguardistas. Escritor de membretes, de dictámenes estéticos que encarnar el sentido del artista moderno, en contra de los prejuicios ante lo clásico, puntualmente ante lo auratico, escribirá “Ningún prejuicio más ridículo, que el prejuicio de lo SUBLIME”, también mostró simpatía hacía lo precolombino en oposición a España, defendiendo lo americano, reconociéndolo a nivel de arte como un igual que Europa. Sus ideales políticos se inclinaban hacía una democracia casi que idealizada, así como lo muestra Charles Chaplin en su maravillosa película El gran dictador, aparentemente y tal como lo dice Calinescu, el artista vanguardista no puede separar la vida y la obra, su obra será rebelde ante el estatuto de lo clásico de la misma manera que sus pensamientos sociales se mostraran reaccionarios ante las opresiones de lo instaurado y tradicional, casi que con postura socialista. Entonces podemos ver a Girondo como un hombre que defenderá una ideología democrática tanto para la vida como para la obra, porque en su obra y en la enumeración que maneja dentro de ella, no existen jerarquías, se le da un mismo trato a todos los elementos que en ella se incluyen; lo que contrasta con el otro lado de la moneda, que al igual que el artista anfibio de Girardot, se trata de un hombre de la elite , burgués, que se ve como Europeo y americano a la vez, pero que defiende lo precolombino.

En al siguiente selección de poemas, intento abarcar la poética de las tres etapas y de las tres vanguardias, tomando poemas de los 20 poemas para ser leídos en el tranvía, espantapájaros, al alcance de todos y de En la masmédula, sometiéndolos a un análisis hermenéutico y estilístico, fundando en los caracteres filosóficos de las vanguardias y de la modernidad ,planteados en los textos: La movediza modernidad de Saúl Yurkievich, Las cinco Caras de la modernidad, de Matei Calinescu, La estructura de la lírica moderna, de Hugo Friederich, el modernismo, de Rafael Gutiérrez Girardot, entre otros.

Nayibe Gutiérrez Vanegas

1892. Oliverio Girondo a los dos años.Oliverio Girondo

Autobiografía

Año 1963.Nací en Buenos Aires el 17 de Agosto de 1891. Aunque parezca increíble fui un niño hermoso y rubicundo. Cuando mis padres me llevaron al colegio, intenté suicidarme. En el Nacional me perfeccioné en el arte de las carambolas y de los manoseos. Durante mi primer viaje a Europa me internaron en un Colegio de Epsom para que mejorara "mi" inglés, al lado de unos viejos árboles y de una sirvienta deliciosa. Decidido a no sufrir ninguna coerción intelectual, ingresé en la Facultad de Derecho. Entre idas y vueltas a Europa -¡he vivido 567 días en el mar!- fundé con mis amigos de "La Púa" un pasquín inédito que se llamó "Comedia". Varios artículos publicados en él y otros en "Plus Ultra" indican que convalecía “de” Barrés. (¡Qué olor a pomo y a gomina!). En un momento de verdadero extravío mental, arriesgué, con la complicidad de René Zapata Quesada, un intento teatral: La Madrastra, melodrama infecto y maeterlinckiano. Después, para redimirme, rompí papel durante varios años. Rompí papel en Edimburgo y en Sevilla, en Brujas y en Dakar, hasta que en 1922 publiqué algunos de los que se salvaron junto con diez hojas de mi "carnet" de croquis bajo el título de Veinte poemas para ser leídos en el tranvía[1].

Convenciones

Caracteres filosóficos de la modernidad y de la vanguardia

Antiforma, disyuntiva y abierta

Obra/intención

Deconstrucción

Totalización

Síntesis /antítesis

La ironía

Modernolatría

Prosa del mundo

Cosmopolitismo

Lo incidental

Lo momentáneo

Gesto no utilitario

Improvisación

Elogío de lo absurdo y contradictorio

Coleccionista de imágenes caóticas y arcaicas

Ambigüedad entre la concreción física y la ensoñación.

Amorfo

Descomposición/desintegración

La sustracción del ser

Dandismo

Rebelión ideológica y conceptual

Violencia verbal y conceptual

Espacialización: recurso utilizado por Girondo . Todas las palabras del poema se desplazan alrededor de la hoja.

Actitud trituradora contra los códigos del lenguaje y la obsesión violenta por lo material

Retórica panfletaria

Explosión lexical

Rasgos de estilo

Figuras retóricas

Formas poéticas

Juegos

Neologismos

Jitanjaforas

Collage


Grandes temas, emblemas o símbolos

Religión

Erotismo

Sociología

Antropología

Mitología

Historia

biología


Imitaciones y fuentes

Influencias, intertextualidad, palimpsestos.

Contenido

Introducción

Autobiografía Oliverio Girondo

Convenciones

Veinte poemas para ser leídos en el tranvía 1

· Nocturno 2

· Apunte callejero 3

· Venecia 4

Espantapájaros (Al alcance de todos) 5

· Espantapájaros 6

· 4 7

· 12 8

· 24 10

En la masmédula 13

· El puro no 14

· Mi lumia 15

· Plexilio 17



[1] Fotografías y texto: Autobiografía hecha por Girondo, recuperada de http://www.girondo-lange.com.ar/oliverio-girondo/autobiografia/index.html 31 de Mayo de 2011.

Primera fotografía año 1892 Girondo a sus dos años. Segunda fotografía año 1963.










Veinte poemas para ser leídos en el tranvía

(1922)

Nocturno

Frescor de los vidrios al apoyar la frente en la ventana.
Luces trasnochadas que al apagarse nos dejan todavía más
solos. Telaraña que los alambres tejen sobre las azoteas. Trote
hueco de los jamelgos que pasan y nos emocionan sin razón.
¿A qué nos hace recordar el aullido de los gatos en celo,
y cuál será la intención de los papeles que se arrastran en los
patios vacíos?
Hora en que los muebles viejos aprovechan para sacarse las
mentiras, y en que las cañerías tienen gritos estrangulados,
como si se asfixiaran dentro de las paredes.
A veces se piensa, al dar vuelta la llave de la electricidad,
en el espanto que sentirán las sombras, y quisiéramos avisarles
para que tuvieran tiempo de acurrucarse en los rincones. Y a
veces las cruces de los postes telefónicos, sobre las azoteas,
tiene algo de siniestro.[1] Y uno quisiera rozarse a las paredes,
como un gato o como un ladrón
Noches en las que desearíamos que nos pasaran la mano por el
lomo, y en las que súbitamente se comprende que no hay ternura
comparable a la de acariciar algo que duerme.

Apunte callejero

En la terraza de un café hay una familia gris[2]. Pasan unos senos bizcos[3] buscando una sonrisa sobre las mesas. El ruido de los automóviles destiñe las hojas de los árboles. En un quino piso, alguien se crucifica al abrir de par en par una ventana.

Pienso en donde guardaré los quioscos, los faroles, los transeúntes, que se me entran por las pupilas. Me siento tan llenos que tengo miedo de estallar... Necesitaría dejar algún lastre sobre la vereda...

Al llegar a una esquina, mi sombra se separa de mí, y de pronto, se arroja entre las ruedas de un tranvía.

Venecia

Se respira una brisa de tarjeta postal.

¡Terrazas! Góndolas con ritmos de cadera. Fachadas que reintegran tapices persas en el agua. Remos que no terminan nunca de llorar.

El silencio hace gárgaras en los umbrales, arpegia un “pizzicato” en las amarras, roe el misterio de las casas cerradas.

Al pasar debajo de los puentes, uno aprovecha para ponerse colorado.

Bogan en la Laguna, “dandys” que usan un lacrimatorio en el bolsillo con todas las iridiscencias del canal, mujeres que han traído sus labios de Viena y de Berlín para saborear una carne de color aceituna, y mujeres que sólo se alimentan de pétalos de rosa, tienen las manos incrustadas de ojos de serpiente, y la quijada fatal de las heroínas d’Annunzianas.

¡Cuando el sol incendia la ciudad, es obligatorio ponerse un alma de Nerón!

En los “piccoli canali” los gondoleros fornican con la noche, anunciando su espasmo con un triste cantar, mientras la luna engorda, como en cualquier parte, su mofletudo visaje de portera.

Yo dudo que aún en esta ciudad de sensualismo, existan falos más llamativos, y de una erección más precipitada, que la de los badajos del “campanile” de San Marcos.[4]

Espantapájaros

(Al alcance de todos)

[1932]

[5]

4

Abandoné las carambolas por el calambur, los madrigales por los mamboretás, los entreveros por los entretelones, los invertidos por los invertebrados. Dejé la sociabilidad a causa de los sociólogos, de los solistas, de los sodomitas, de los solitarios. No quise saber nada con los prostáticos. Preferí el sublimado a lo sublime. Lo edificante a lo edificado. Mi repulsión hacia los parentescos me hizo eludir los padrinazgos, los padrenuestros. Conjuré las conjuraciones más concomitantes con las conjugaciones conyugales. Fui célibe, con el mismo amor propio con que hubiese sido paraguas. A pesar de mis predilecciones, tuve que distanciarme de los contrabandistas y de los contrabajos; pero intimé, en cambio, con la flagelación, con los flamencos.

Lo irreductible me sedujo un instante. Creí, con una buena fe de voluntario, en la mineralogía y en los minotauros. ¿Por qué razón los mitos no repoblarían la aridez de nuestras circunvoluciones? Durante varios siglos, la felicidad, la fecundidad, la filosofía, la fortuna, ¿no se hospedaron en una piedra?

¡Mi ineptitud llegó a confundir a un coronel con un termómetro!

Renuncié a las sociedades de beneficencia, a los ejercicios respiratorios, a la franela. Aprendí de memoria el horario de los trenes que no tomaría nunca. Poco a poco me sedujeron el recato y el bacalao. No consentí ninguna concomitancia con la concupiscencia, con la constipación. Fui metodista, malabarista, monogamista. Amé las contradicciones, las contrariedades, los contrasentidos... y caí en el gatismo, con una violencia de gatillo.[6]

12

Se miran, se presienten, se desean,

se acarician, se besan, se desnudan,

se respiran, se acuestan, se olfatean,

se penetran, se chupan, se demudan,

se adormecen, despiertan, se iluminan,

se codician, se palpan, se fascinan,

se mastican, se gustan, se babean,

se confunden, se acoplan, se disgregan,

se aletargan, fallecen, se reintegran,

se distienden, se enarcan, se menean,

se retuercen, se estiran, se caldean,

se estrangulan, se aprietan, se estremecen,

se tantean, se juntan, desfallecen,

se repelen, se enervan, se apetecen,

se acometen, se enlazan, se entrechocan,

se agazapan, se apresan, se dislocan,

se perforan, se incrustan, se acribillan,

se remachan, se injertan, se atornillan,

se desmayan, reviven, resplandecen,

se contemplan, se inflaman, se enloquecen,

se derriten, se sueldan, se calcinan,

se desgarran, se muerden, se asesinan,

resucitan, se buscan, se refriegan,

se rehúyen, se evaden y se entregan[7].

24

El 31 de febrero, a las nueve y cuarto de la noche, todos los habitantes de la ciudad se convencieron que la muerte es ineludible.
Enfocada por la atención de cada uno, esta evidencia, que por lo general lleva una vida de araña en los repliegues de nuestras circunvoluciones, tendió su tela en todas las conciencias, se derramó en los cerebros hasta impregnarlos como a una esponja.
Desde ese instante, las similitudes más remotas sugerían, con tal violencia, la idea de la muerte, que bastaba hallarse ante una lata de sardinas —por ejemplo— para recordar el forro de los féretros, o fijarse en las piedras de una vereda, para descubrir su parentesco con las lápidas de los sepulcros. En medio de una enorme consternación, se comprobó que el revoque de las fachadas poseía un color y una composición idéntica a la de los huesos, y que así como resultaba imposible sumergirse en una bañadera, sin ensayar la actitud que se adoptaría en el cajón, nadie dejaba de sepultarse entre las sábanas, sin estudiar el modelado que adquirirían los repliegues de su mortaja.
El corazón, sobre todo, con su ritmo isócrono y entrañable, evocaba las ideas más funerarias, como si el órgano que simboliza y alimenta la vida sólo tuviera fuerzas para irrigar sugestiones de muerte. Al sentir su tic-tac sobre la almohada, quien no llorara la vida que se le iba yendo a cada instante, escuchaba su marcha como si fuese el eco de sus pasos que se encaminaran a la tumba, o lo que es peor aún, como si oyese el latido de un aldabón que llamara a la muerte desde el fondo de sus propias entrañas.
La urgencia de liberarse de esta obsesión por lo mortuorio, hizo que cada cual se refugiara —según su idiosincrasia— ya sea en el misticismo o en la lujuria. Las iglesias, los burdeles, las posadas, las sacristías se llenaron de gente. Se rezaba y se fornicaba en los tranvías, en los paseos públicos, en medio de la calle... Borracha de plegarias o de aguardiente, la multitud abusó de la vida, quiso exprimirla como si fuese un limón, pero una ráfaga de cansancio apagó, para siempre, esa llama rada de piedad y de vicio.
Los excesos del libertinaje y de la devoción habían durado lo suficiente, sin embargo, como para que se demacraran los cuerpos, como para que los esqueletos adquiriesen una importancia cada día mayor. Sin necesidad de aproximar las manos a los focos eléctricos, cualquiera podía instruirse en los detalles más íntimos de su configuración, pues no sólo se usufructuaba de una mirada radiográfica, sino que la misma carne se iba haciendo cada vez más traslúcida, como si los huesos, cansados de yacer en la oscuridad, exigieran salir a tomar sol. Las mujeres más elegantes —por lo demás— implantaron la moda de arrastrar enormes colas de crespón y no contentas con pasearse en coches fúnebres de primera, se ataviaban como un difunto, para recibir sus visitas sobre su propio túmulo, rodeadas de centenares de cirios y coronas de siemprevivas.
Inútilmente se organizaron romerías, kermeses, fiestas populares. Al aspirar el ambiente de la ciudad, los músicos, contratados en las localidades vecinas, tocaban los “charlestons” como si fuesen marchas fúnebres, y las parejas no podían bailar sin que sus movimientos adquiriesen una rigidez siniestra de danza macabra. Hasta los oradores especialistas en exaltar la voluptuosidad de vivir resultaron de una perfecta ineficacia, pues no solo los tópicos más experimentados adquirían, entre sus labios, una frigidez cadavérica, sino que el auditorio sólo abandonaba su indiferencia para gritarles: “¡Muera ese resucitado verborrágico! ¡A la tumba ese bachiller de cadáver!”
Esta propensión hacia lo funerario, hacia lo esqueletoso, ¿podía dejar de provocar, tarde o temprano, una verdadera epidemia de suicidios?
En tal sentido, por lo menos, la población demostró una inventiva y una vitalidad admirables. Hubo suicidios de todas las especies, para todos los gustos; suicidios colectivos, en serie, al por mayor. Se fundaron sociedades anónimas de suicidas y sociedades de suicidas anónimos. Se abrieron escuelas preparatorias al suicidio, facultades que otorgaban título “de perfecto suicida”. Se dieron fiestas, banquetes, bailes de máscaras para morir. La emulación hizo que todo el mundo se ingeniase en hallar un suicidio inédito, original. Una familia perfecta —una familia mejor organizada que un baúl “Innovación”— ordenó que la enterrasen viva, en un cajón donde cabían, con toda comodidad, las cuatro generaciones que la adornaban. Ochocientos suicidas, disfrazados de Lázaro, se zambulleron en el asfalto, desde el veinteavo piso de uno de los edificios más céntricos de la ciudad. Un “dandy”, después de transformar en ataúd la carrocería de su automóvil, entró en el cementerio, a ciento setenta kilómetros por hora, y al llegar ante la tumba de su querida se descerrajó cuatro tiros en la cabeza.
El desaliento público era demasiado intenso, sin embargo, como para que pudiera persistir ese ímpetu de aniquilamiento y exterminio. Bien pronto nadie fue capaz de beber un vasito de estricnina, nadie pudo escarbarse las pupilas con una hoja de “gillette”. Una dejadez incalificable entorpecía las precauciones que reclaman ciertos procesos del organismo. El descuido amontonaba basuras en todas partes, transformaba cada rincón en un paraíso de cucarachas. Sin preocuparse de la dignidad que requiere cualquier cadáver, la gente se dejaba morir en las posturas más denigrantes. Ejércitos de ratas invadían las casas con aliento de tumba. El silencio y la peste se paseaban del brazo, por las calles desiertas, y ante la inercia de sus dueños —ya putrefactos— los papagayos sucumbían con el estómago vacío, con la boca llena de maldiciones y de malas palabras.
Una mañana, los millares y millares de cuervos que revoloteaban sobre la ciudad —oscureciéndola en pleno día— se desbandaron ante la presencia de una escuadrilla de aeroplanos.
Se trataba de una misión con fines sanitarios, cuyo rigor científico implacable se evidenció desde el primer momento.
Sin aproximarse demasiado, para evitar cualquier peligro de contagio, los aviones fumigaron las azoteas con toda clase de desinfectantes, arrojaron bombas llenas de vitaminas, confetis afrodisíacos, globitos hinchados de optimismo, hasta que un examen prolijo demostró la inutilidad de toda profilaxis, pues al batir el record mundial de defunciones, la población se había reducido a seis o siete moribundos recalcitrantes.
Fue entonces —y sólo después de haber alcanzado esta evidencia— cuando se ordenó la destrucción de la ciudad y cuando un aguacero de granadas, al abrasarla en una sola llama, la redujo a escombros y a cenizas, para lograr que no cundiera el miasma de la certidumbre de la muerte.
[8]

En la masmédula

[1953]

El puro no

El no
el no inóvulo
el no nonato
el noo
el no poslodocosmos de impuros ceros noes que noan noan noan
y nooan
y plurimono noan al morbo amorfo noo
no démono
no deo
sin son sin sexo ni órbita
el yerto inóseo noo en unisolo amódulo
sin poros ya sin nódulo
ni yo ni fosa ni hoyo
el macro no ni polvo
el no más nada todo
el puro no
sin no[9]

Mi lumía

Mi Lu
mi lubidulia
mi golocidalove
mi lu tan luz tan tu que me enlucielabisma
y descentratelura
y venusafrodea
y me nirvana el suyo la crucis los desalmes
con sus melimeleos
sus eropsiquisedas sus decúbitos lianas y dermiferios limbos y
gormullos
mi lu
mi luar
mi mito
demonoave dea rosa
mi pez hada
mi luvisita nimia
mi lubísnea
mi lu más lar
más lampo
mi pulpa lu de vértigo de galaxias de semen de misterio
mi lubella lusola
mi total lu plevida
mi toda lu
lumía.[10]

Plexilio

Egofluido


éter vago


ecocida


ergonada


en el plespacio


prófugo


flujo fatuo


no soplo


sin nexo anexo al éxodo


en el coespacio


afluido


nubífago


preseudo


heliomito


subcero


parialapsus de exilio


en el no espacio


ido[11]


Bibliografía

Calinescu Matei . Cinco Caras de la modernidad. Editorial tecnos, 1991

Corral Rose. Oliverio Girondo en México. Revista la Gaceta del fondo de cultura económica #337, pp.27-30.

Friedrich Hugo. Estructura de la lírica moderna. Editoral Seix Barral, Barcelona, 1959.

Girondo Oliverio. Obra Completa.

Grünfeld Mihai. Oliverio Girondo y el viaje de la vanguardia. Revista Hispamerica vol. 28 # 82, 1999, pp.21-34.

Gutiérrez Girardot Rafael. El modernismo. Fondo de cultura económica Colombia. 2004

Juzyn-Amestoy Olga. Girondo o las versiones poéticas del cambio. Revista Iberoamericana # 155-56. Abril – Septiembre 1991.

Schwartz Jorge. La trayectoria masmedula de Oliverio Girondo. Revista Cuadernos hispanoamericanos número 553-54. Julio-Agosto 1996, pp. 217 -230.

.

Yurkievich Saúl. La movediza Modernidad. Taurus, 1996.



* [1]

Símbolo de la modernización, representa una figura negativa , trastocando la lógica de la tradición en donde son las sombras las que producen terror y la luz tranquilidad.

La luz artificial pone al hombre al nivel de Dios, “dar vuelta a las llave de la electricidad” es equivalente al “hágase la luz” del mito, de esa manera se hace presente la desacralización propia de la modernidad.

Hastío frente a la modernización y el progreso que al igual que Baudelaire comenta se sentía frente a la lámpara de gas que invadió a París. La luz eléctrica como símbolo perteneciente a esa otra modernidad la de la prosa del mundo, se presenta como amenaza, como siniestro elemento, capaz de acabar con la oscuridad en la que se siente el poeta,. Ante la presencia de la luz, el ser humano poeta, se rebaja a un animal nocturno o a un ladrón que se oculta.

Ambigüedad entre la concreción física y la ensoñación.

Sinestesia

Poema en prosa, forma ya utilizada por los escritores modernistas, como respuesta a la tradición del verso; en este punto vemos a un Girondo más modernista que vanguardista.

Arcaísmo.

Imagen bastante cargada de sentido, pone al “grillo” lo natural con su correspondiente artificial “las cañerías” y se encuentran en el mismo nivel.

El personaje que viene desde el romanticismo como el aislado por la sociedad, incomprendido y que en el modernismo se mostrará como el exiliado, el encerrado.

* [3] Nuevo tipo de belleza, en contra de la simetría de la belleza clásica. Basándose en la idea de lo grotesco y desarticulado que reinará en la vanguardia como reemplazo de la perfección tradicional.

Teoría de las Correspondencias, acá se puede presenciar como a las voces de la naturaleza van acompañadas del sonido artificial de la ciudad y de la industria, Para el caso claramente se ve un rechazo hacía ese “ruido” que es capaz de desteñir las hojas de los árboles.

Separación del yo, eliminación del ego, búsqueda de deshumanización de la poesía, para el caso se da a través de la modernización y el hastío de esta, puede ser que sea causa consecuencia , porque el artista ya no se siente parte de la sociedad y a la vez se ve a sí mismo en ella, busca entonces la destrucción de esa parte.

[3] Figura retórica: Sinestesia, utilizada recurrentemente , desde el simbolismo francés, en el siglo XIX, haciendo eco en la poesía hasta nuestros días.

Poema en prosa, forma de versículos.

Figura del mesías, cristiana. Apela a la tradición pero trastocándola y a la vez haciéndola parte del diario vivir con lo que logra una desacralización, porque la inserta en cualquier individuo, que se crucifica buscando su propia salvación al dejar que el aire entre en una habitación.

Mujer, tema recurrente, en la poesía misógina de Girondo, objeto. Senos que evocan el erotismo, también tema central en su poética.

El hombre de la multitud de Edgar Allan Poe.

Spleen de París, Baudelaire.

[4]

Trae el tópico del Diario de viaje, que a su vez es muestra de cosmopolitismo.

Coleccionista de anticuarios.

Dandy: hombre rico, frívolo y ocioso que no tiene otra profesión que la elegancia , cultivar la idea de lo bello. El dandismo es una institución fuera de toda ley. Es una especie de culto provocador de sí mismo. El perfecto dandy busca la superioridad aristocrática del espíritu. El dandy es el último destello de heroísmo en la decadencia. Definición tomada de Gutierrez Girardot.

Emperador del imperio Romano (37-68), asociado con la locura tiranica y egoísta de la extravagancia. Mató a su madre. El poeta hace referencia más al mito que ronda alrededor de este personaje como quien compone con su lira mientras Roma arde en llamas. De esta manera ya bien sea a través de la figura del Dandy o con el alma de Nerón el poema toma un tono panfletario para defender la composición y la estética ante cualquier circunstancia

Venecia, ciudad emblemática del erotismo.

[5] Enumeración Caótica

Crisis de la certidumbre; se cuestionan las creencias impuestas por la tradición. Rebelión conceptual.

Rebelión contra el sistema de educación, se puede enmarcar en el espíritu de rebelión ideológica.

Descomposición, desintegración en la forma. Espacialización.

Preocupación porque ya no sea solo el lenguaje el figurativo , sino que la forma misma que lo contiene también lo sea. Gesto y juegos lingüísticos.

Anáfora. Saber nada.

Aliteración, Cion. Antítesis.

“Yo sólo sé, que nada sé” Sócrates. Emblema filosófico. Ampliado hacía la otredad. Pérdida del ser anunciada en la cabeza

Masturbación, evoca al erotismo y a la anatomía por el descubrir del cuerpo humano. Figura antropomorfa, no posee manos, imposibilidad para masturbarse.

Símbolo del espejo.

Caligrama, utilizado por artistas como Apollinare, pero viene si se quiere en la misma modernidad desde Mallarmé.

[6]

Renuncia al arte auratico o sublime.

Sátira de la cultura occidental, llega hasta el punto de la sacralización

Rebelión ideológica y conceptual, hace una posible incursión en las ideologías anarquistas y se acerca más a una vanguardia política .

Elogio de lo absurdo y lo contradictorio . Enumeración caótica.

Juegos del lenguaje por vecindad de fonemas. Palabras homófonas se convierten en homologas.

Utilización de figuras retóricas desmesurada. Lenguaje como infinita posibilidad de imágenes.

Construcción del ser por la acción. Entorno social , relaciones con el medio .

Alusión a la mitología griega

Renuncia satirizada de todos los grandes temas que se involucran en el diario vivir del hombre occidental. Cuestionamiento de la parte más humana, traspaso a la cosificación.

[7] Todas las anotaciones las haré sobre la totalidad del poema, debido a que su forma de enumeración no se presenta como una separación sino como un todo, una unidad en donde el sentido se le da si se examina como tal.

Enumeración de verbos reflexivos, 71 en total. La forma misma del poema se presenta como un círculo, lo que vale la pena anotar porque se trata de una figura cerrada, cíclica y ya no de la forma abierta y yuxtapuesta o disyuntiva característica del arte vanguardista.

Sustracción del ser, el individuo no existe en el poema , se presenta un colectivo que a su vez por la enumeración misma se difumina a través de la acción.

La atmosfera del poema, se presenta demasiado visual y a la misma velocidad de una imagen parte de un video. La violencia se hace enfática a través del acto mismo.

Entre el libro, puede ser este el único que no posee una forma prosaica o de caligrama, su forma se acerca más a la de un poema convencional

Anáfora. Verbos reflexivos.

El poema consta de 24 versos endecasílabos con rima consonante (salvo la licencia

del noveno), por lo que, si lo dividiéramos en tres partes iguales, tendríamos tres

secciones muy semejantes a lo que conocemos como octavas reales. De hecho el

número de rimas, 8 en total, (-ean, vv. 1, 3, 7, 10 y 11; –udan, vv. 2-4; –inan, vv. 5 y 6;

–egan, vv. 8, 9, 23 y 24; –ecen, vv. 12, 13, 14, 19 y 20; –ocan, vv. 15 y 16; –illan, vv.

17 y 18; e –inan, vv. 21 y 22) parecería ser una clave para descubrir esas octavas que

yacen escondidas, pero creo que la intención de Girondo no era esconder estrofas, sino,

más bien, crear una súper-estrofa o hiper-estrofa bien sólida e indivisible. (Lombó, p. 186)

Encuentro amoroso, Amor y batalla, tópico recurrente, el amor engendra una guerra, o dentro de la misma relación amorosa se libra la batalla. Amor como lucha

Arquetipo de pareja sexual.

Varios críticos han concluido que el poema tiene un origen en la literatura del siglo de Oro, en un poema inconcluso de Quevedo: Orlando enamorado:

Se majan, se machucan, se martillan,

370 se acriban y se punzan y se sajan,

se desmigajan, muelen y acrebillan,

se despizcan, se hunden y se rajan,

se carduzan, se abruman y se trillan,

se hienden y se parten y desgajan:

375 tan cabal y tan justamente obran,

que las mismas heridas que dan cobran.

Por el otro lado, al parecer Pablo Neruda toma a Girondo a su vez para construir un poema: Las fieras:

Se deseaban, se lograban, se destruían,

se ardían, se rompían, se caían de bruces

el uno dentro del otro, en una lucha a muerte,

se enmarañaban, se perseguían, se odiaban,

se buscaban, se destrozaban de amor.

[8]

Lógica truncada, conciencia de la muerte que por oposición trae una conciencia de estar vivo. Se relaciona mucho con el tiempo de la modernidad, que se presenta como lineal e irrepetible, ya no es cíclico, además de lineal es constante y rápido, entonces hay que vivir el instante.

La muerte se naturaliza hasta llegar al punto de la descomposición de ella misma.

Desintegración progresiva en el contenido, sigue estando presente los caracteres de la vanguardia pero no en la forma, como es prosa la intención debe hacerse explicita en el qué y no en el cómo.

Crítica a la frivolidad y a la moda ; símbolo de la burguesía . Prosa del mundo

Sátira e ironía , explicitas en la narración.

Juego del sentido, alude a un tiempo inexistente, lo que nos dice que se trata de ficción.

Forma es un cuento en prosa. Esta es otra manera de ir en contra de la tradición, incluyendo un cuento entero en un poemario, la experimentación con las formas y los géneros.

Humor negro. Rasgo de estilo recurrente en la poesía girondiana.

Se esboza la estética de la putrefacción y de lo escatológico que primará en En la masmédula.

Figura de la muerte, el texto entero gira en torno de la concepción de ésta, personaje principal , presente en todo el relato y constante.

Muerte en su sentido más literal, la muerte bilógica que descompone y también en el rito, con los símbolos como los cuervos, los coches fúnebres, la música… La ironía presente.

Reacción del pensamiento, de la razón , como acción-reacción; pienso en la muerte , entonces quiero vivir más.

Figura bíblica , hombre resucitado por Jesucristo; “ se levantó de entre los muertos”.

Un perro Andaluz, de Luis Buñuel, película surrealista estrenada en 1927.

[9]

Ruptura del referente.

Lúdica fónica

Construcción caótica

Apela a la homofonía, orquestación sonora , concertación rítmica .

Melopea

Reiteración aumenta el peso semántico

Jitanjaforas

Forma contiene: Repetición

Inversión

Antítesis

Contradicción à Paradoja.

El principio de identidad de Sócrates .

Lógica antinacionalista.

Jitanjaforas , termino creado por Mariano Brull y acuñado por Rafael Reyes, pero del que hace uso desmesurado Girondo, tanto así que a este recurso se le llama Girontaforas.

[10]

Fragmentación

Vuelta al origen. Encontrar la parte más pequeña por medio de la silabización que contiene galaxias : un todo, y semen: semilla , partícula más pequeña, agente creador .

El todo en la nada. Evocación del total en un contexto sin sentido.

Actitud trituradora contra los códigos del lenguaje.

Poema de amor, que se sale de la convención, de la tradición a través de los usos del lenguaje, sin embargo conserva la musicalidad que da la atmosfera para intuir que es un desgarro del corazón.

Amorfo, en forma de poema , con versos sin sentido ni forma .

Neologismos.

Juego de sentido a través del sonido.

Sujeto representado por el posesivo, pero su voz está en la invocación del otro.

Condensación

Amada, exaltada a lo inasible, al todo y a la nada. Idealización del amor , subido hasta una experiencia mística y espiritual.

Nirvana: En la filosofía shramánica, es el estado de estar liberado tanto del sufrimiento (dukkha) como del ciclo de renacimientos. Se convierte en acción dentro del poema pero conserva su forma de sustantivo en la lengua.

Mito, recurrente tema que se usa para personificar lo inasible, lo incontingente pero que está presente, a manera espiritual se puede leer.

[11]

En este poema es clara toda la retorica y estilística de la vanguardia, acá en esta fragmentación y en el uso de la hoja, se pueden ver la improvisación, porque aparentemente no tiene lógica de sentido la ubicación de las palabras de esta forma, todo apunta a entenderlas como arbitrarias e improvisadas.

El elogio de lo absurdo y contradictorio se materializa a través del caos que invoca la forma misma del poema , que invita a la ambigüedad y a lo no interpretación con las figuras de estilo utilizadas, los neologismos y la lúdica del lenguaje.

Se podría hablar de una obra sin forma existente, pero que tampoco propone una estructura puntual.

La descomposición es el hecho mismo, no hay un avance o retroceso definidos, la desintegración hasta llegar a la más pequeña de las palabras: ido.

Si bien existen los sustantivos que lo componen , hay una abstracción del sujeto . El nombre que no nombra a nadie.

La violencia verbal y conceptual se perciben tanto por la falta de sentido semántico como la del gramático.

La espacialización es total en este poema, de hecho se podría decir que este es sencillamente el único sentido para el poema. Todas la palabras del texto están distribuidas a lo largo de la hoja.

Explosión lexical.

“En el coespacio, el no espacio ido.”, a través de las palabras que no son propiamente espacio, se puede ver que está haciendo alusión a la falta de espacio para la expresión sin expresión para esa actitud del supralenguaje, que no comunica , el rasgo de estilo está en el no anunciamiento representado en el hecho mismo de la negación no y en la forma en la que están distribuidas las palabras sobre el papel.

el término "éxodo" significa "salida", se refiere a la salida del pueblo de Israel de Egipto, si bien en este punto se trata de un juego de homofonías, el sentido puede ser revelador para entenderlo como una secularización implícita, porque se está negando que se es parte del pueblo de Dios, y se está negando esa misma salida que da origen.

La referencia se puede extender a Mallarmé , un golpe de dados. pasando por los surrealistas y dadaístas.

Bibliografía

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Girondo Oliverio. Obra Completa.

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Gutiérrez Girardot Rafael. El modernismo. Fondo de cultura económica Colombia. 2004

Juzyn-Amestoy Olga. Girondo o las versiones poéticas del cambio. Revista Iberoamericana # 155-56. Abril – Septiembre 1991.

Schwartz Jorge. La trayectoria masmedula de Oliverio Girondo. Revista Cuadernos hispanoamericanos número 553-54. Julio-Agosto 1996, pp. 217 -230.

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Yurkievich Saúl. La movediza Modernidad. Taurus, 1996.

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