El puro canto a la vida
Jorge Guillén (1893-1984) : El Poeta del ser
Para acercarse a la poesía de Jorge Guillén es casi que necesario inscribirse a la tradición literaria española, para comprender su obra como ese “puente” entre la generación del 98 y la naciente generación del 27, puesto que junto a Pedro Salinas son los primeros en escribir de ésta segunda. Y por ello al ser Guillén un pionero de eso nuevo que se reunirá como una generación se enfrentó a antecesores suyos como Unamuno, Jiménez - influirá con más claridad y de una manera más evidente en la obra de Guillén- y Machado, este último quien calificaría el primer Cantico publicado, de “artificialmente hermético que es una forma barroca del viejo arte burgués”. Y es que la poesía de Guillén se presenta como hermética porque se trata de un canto del intelecto, que por lo demás Machado también aseveraría que eso no se debería hacer porque la imagen debería estar en función emotiva y no conceptual, es así como encontramos ese primer punto de partida que rompe de alguna forma u otro con lo que venían haciendo los poetas del 98 y se presenta como lo nuevo que si bien no se adhiere a las vanguardias sí tiene como fin ser poesía diferente.
Encontramos entonces que el punto de partida para abordar a Guillén está en la imagen misma , porque es esta la que lo separa de sus antecesores y a la vez la que lo inscribe junto a los demás poetas jóvenes . Si la imagen estaba al servicio de la estética como lo declaraba Machado, Jorge Guillén la usará como declaración del intelecto, como instrumento para acercarse más a la cosa misma. La divergencia con sus contemporáneos estaba realmente en lo que significaba el poema como tal, Guillén no estaba de acuerdo con la “experiencia misma del poema” y con la escisión que se marcaba entre obra y acto (de actuar, de ser activo, de vivir de cierta manera, de performance y de instantáneo casi místico ), para Guillén el poema no estaba en el mismo campo de cotidianidad que la experiencia humana, sino que éste gozaba de su propio espacio tiempo, y esta idea estuvo presente constantemente en su concepción del poema como signo, construcción de palabras y ritmos.
En la poesía de Guillén no hay una reflexión intelectual como lo creía Machado, sino y es por ello que llama así a su obra, se trata de un Canto, de una alabanza ¿a qué? Al mundo. Si bien creía en la perfección del mundo también creía en la perfección de las cosas, y por lo tanto de las palabras, estas que no le llevaron a largas disertaciones sobre el lenguaje ni a la reflexión sobre sí mismo del poema, como sí lo hicieron poetas de su tiempo, a los cuales sí se les puede llamar poetas del intelecto. Octavio Paz dice al respecto “La reflexión no está en su canto: lo sostiene”, es decir que su inteligencia no está en lo que dice sino en cómo se dice, con esto último se puede ver que no estaba tan separado de la estética tanto modernista como de la del 98, pues sí su poesía estaba al servicio de la estética pero de la del mundo. Pero sus imágenes siempre buscan la transparencia, en tanto más claras más pueden enseñar a través las verdades del mundo, del mundo de las cosas. Porque es a este mundo al que refiere su canto, es por eso que no se puede decir que la hermeticidad de su poesía sea barroca, porque Guillén descubre que con el nombrar la cosa, la cosa es, así que no hará uso de la estética barroca y no busca entroncar el entendimiento, sino que su obsesión lo guiará hacía la Pureza.
Es importante entender que las palabras no son el reflejo del mundo, sino que las palabras son mundo, es decir crean, son dadoras de vida, de la vida del poema, si el poema tiene su tiempo y espacio propios, es porque el poema es esa unidad de vida, que a la vez es cosmos, construido por la palabra que nombra y al nombrar no evoca la cosa, es la cosa. “Las cosas son lo que son y por eso son ejemplares” dice Guillén al respecto del objeto de su canto:
Pan
En el pan de tanta miga
-Apretadamente suave-
A más sol de julio sabe,
Dorada quietud de espiga,
La corteza. Siga, siga
Variando el atractivo
Del festín. Está cautivo
Mi gusto. Bien lo acompaña
-Esencia que fuese entraña-
El pan, el pan sustantivo.
Si bien este cosaismo, este objetivismo tan distinto de la tradición española, no es gratuito esto se debe a que Guillén estudió a la escuela estadounidense del objetivismo como tal, pero como es evidente no se pudo desprender del todo de la métrica y rima tradicional española, es decir, su transgresión se da más a nivel conceptual que a nivel formal. Aunque también hay que aclarar que no todos sus poemas están perfectamente medidos y rimados, e inclusive existe una tendencia hacía la brevedad de los versos, tópico apropiado también de Norteamérica.
Entender que la palabra es la cosa y la cosa es esta misma que aunque pueda parecer una tautología hay que entenderlos en términos de presencia, y es que no se trata de representar, de evocar sino de crear y de re-crear , el poema es para Guillén el puente entre el hombre y la creación, es allí en donde al nombrar se trae presencia, aparece el ser, es el mundo. Pero es importante aclarar que sí el poema tiene su propia realidad esta no es una realidad mística o mágica, es una realidad paralela al mundo cotidiano, esto se entiende en el orden de ideas de la palabra creadora. En este punto y aunque Guillén no dejase ver a través de su poesía se conoce que sigue siendo un hombre conocedor y que cree en el cristianismo. Entonces si el mundo en el que habitamos es un mundo perfecto, creado por Dios, y Dios lo creó a través de la palabra “y dijo Dios hágase la luz …”, el hombre crea un universo a través de la palabra misma, y especialmente del nombrar, y este mundo se maneja en una realidad más aterrizada casi que emula a esa otra .
El balcón, los cristales,
Unos libros, la mesa.
¿Nada más esto? Sí,
Maravillas concretas
Es así como entendiendo que se trata de vida, de crear, y no solo de crear porque sí sino de encontrar lo maravilloso en lo cotidiano, ver la perfección del mundo en el objeto, y esto a través del nombrar, encontramos que Guillén de alguna manera u otra como ya lo han dicho varios críticos está inscrito en lo que se conoce como poesía pura, pero para ello hay que conocer todo lo que está detrás de la palabra como tal, para entender que esa estética y ese gusto por lo meramente bello va de la mano de un positivismo y optimismo por el mundo “el mundo está bien hecho” así como lo dijo Guillén, magnificar el sentido del ser , poder verlo en todo su esplendor que si bien la poesía pura está en el poema, no se sale de sus límites y es un hecho verbal esto en Guillen toma la particularidad de ser una realidad, de ser¸ de crear , de ocupar un espacio y un tiempo propios, trascendiendo la premisa de la poesía como construcción matemática, porque si se trata de crear un mundo este mundo es el de las simples cosas, que en su simpleza está la perfección y la vida misma.
He nacido en un tiempo en que la mayoría de los jóvenes habían perdido la creencia en Dios, por la misma razón que sus mayores la habían tenido: sin saber por qué. Y entonces, porque el espíritu humano tiende naturalmente a criticar porque siente, y no porque piensa, la mayoría de los jóvenes ha escogido a la Humanidad como sucedáneo de Dios. Pertenezco, sin embargo, a esa especie de hombres que están siempre al margen de aquello a lo que pertenecen, no ven sólo la multitud de la que son, sino también los grandes espacios que hay al lado. Por eso no he abandonado a Dios tan ampliamente como ellos ni he aceptado nunca a la Humanidad. He considerado que Dios, siendo improbable, podría ser; pudiendo, pues, ser adorado; pero que la Humanidad , siendo una mera idea biológica, y no significando más que la especie animal humana, no era más digna de adoración que cualquier otra especie animal. Este culto de la Humanidad , con sus ritos de Libertad e Igualdad, me ha parecido siempre una resurrección de los cultos antiguos, en que los animales eran como dioses, o los dioses tenían cabezas de animales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario